martes, 3 de diciembre de 2013

El día y la noche a vista de taxi

850 licencias de taxi repartidas por la ciudad de Bilbao

|Ibon Reyes

En Bilbao hay 2,2 taxis por cada 1000 habitantes. Los taxis de Bilbao están repartidos en paradas por toda la ciudad y no suelen a circular buscando clientes, por lo que para conseguir uno siempre es mejor acudir a una parada de taxis o llamar por teléfono. Los taxis de Bilbao se reconocen por ser coches blancos con su específica equipación y número de licencia.

Las principales empresas de taxi en Bilbao son Radio Taxi Bilbao, con más de 500 taxistas y Tele taxi Bilbao, con más de 200, que junto con Radio Taxi Femade y Radio Taxi Nervión, suman un total de casi 850 taxis. Hay que tener en cuenta que las dos últimas empresas trabajan para más municipios vizcaínos.

Hay 2 tipos de tarifas: la diurna y la nocturna. La primera, de 07:00 a 23:00, tiene un coste por kilómetro de 0,65 euros y la segunda, a partir de las 23:00, tiene un coste de 0,89 euros. Los taxis de Bilbao no cobran por el concepto de “bajada de bandera”, más bien conocido por la bajada de la palabra “libre” de la parte de arriba del taxi, y lo que cobran es una “carrera mínima” de 3,61 euros (diurna) y 4,38 euros (nocturna). Los festivos, domingos y sábados a partir de las 13:00, cuentan como tarifa nocturna.

Almudena Fernandez, la primera taxista que puso mampara en Bilbao, trabaja de 09:00 a 17:00 y afirma que “trabajar de día es más seguro”. Almudena dice que escogió ese horario de trabajo por su hija, pero que si tuviese que trabajar de noche lo haría porque ahora está segura con la mampara. Lleva 8 años siendo taxista y cambió un puesto fijo de trabajo por ser autónoma y conductora. A Almudena le gusta mucho su trabajo y explica que eligió ser taxista porque quería marcarse su propio horario de trabajo y afirma ser “un poco vaga”.

“Estoy muy satisfecha de haberme hecho taxista”, dice Almudena, y añade que “tengo un montón de anécdotas dentro del taxi, sobre todo de cuando trabajaba por la noche”. La taxista ha vivido buenos y malos momentos en su taxi, cuenta que “un día un hombre se montó en el coche y me quería regalar un ramo de rosas con una nota, diciendo ser un seguidor mío, finalmente las acepté y vi que en la nota ponía un nombre de mujer que no era el mío”.

Por otro lado, la noche tiene un horario lleno de tensiones, Alberto Reyes Arenas, taxista desde hace 3 años, dejó de trabajar en la empresa Formica para dedicarse a ser conductor y ahora trabaja por la noche. “Lo mío no fue como lo de Almudena, ella eligió esto porque le gustaba y quería ser autónoma, en cambio yo tuve que elegirlo porque la empresa en la que trabajaba estaba mal”. Alberto asegura que se metido en el mundo del taxi sin saber lo que era, pero que poco a poco se ha ido acostumbrando a su nuevo oficio.

“La noche es dura, sobre todo en invierno, pero uno se acostumbra al horario en poco tiempo”, explica Alberto. El taxista ha tenido algún que otro percance, no muy grave dice, pero que cuenta con voz temblorosa. “He tenido de todo, desde borrachos hasta niños gitanos que te roban las tarjetas de tu teléfono de taxi para que los clientes que llamen y que no tienen ningún valor, pero que te hace pensar si volver a coger o no a ese tipo de gente”.

Los clientes
Imanol Ruiz y Nerea Hernandez son dos jóvenes que suelen coger taxi a menudo los fines de semana para volver a su casa después de pasar la noche en bares o discotecas de Bilbao o alrededores. Imanol, de 18 años, dice que “el taxi es la forma más segura para volver a casa, sobre todo si vuelves antes de las 5; es preferible volver de día si no coges un taxi, que de noche y solo”. Nerea opina lo mismo que su amigo y añade que “sobre todo las chicas tenemos que tener cuidado porque a altas horas de la madrugada te puede pasar cualquiera cosa”.

Alberto ha recogido a Nerea varias veces en la discoteca “Fever”, ya se conocen y el taxista siempre la lleva hasta la puerta de su casa. “Normalmente, si recojo a chicas jóvenes que están solas, espero a que entren en el portal antes de arrancar e irme”. Nerea dice haber pasado vergüenza una noche en la que “una amiga vomitó en el coche de Alberto”, y explica que no cree “que los taxistas tengas por qué recoger a gente con dos copas de más”.

Fuera de lo común
“En Bilbao ya hay un taxista jubilado que hace las labores de taxista, con un karaoke en su interior y sin cobrar los viajes si los clientes cantan en su karaoke”, dice Almudena. Esto no es algo habitual en los taxistas de Bilbao, ninguno de ellos lleva un karaoke, pero afirman que no estaría mal llevar uno para entretenerse.

Alberto explica que él lleva una televisión y un “netbook” para no aburrirse, pero que todos los taxistas no se pueden permitir eso. Asegura que “si tu trabajo está dentro del coche, tendrás que invertir parte de tu dinero en la comodidad y en el entretenimiento”.

Una de las cosas que ya no está fuera de lo común es llevar mampara. Desde que mataron a un taxista en el turno de noche en el barrio de San Adrián, llevar mampara quedó autorizado por el Ayuntamiento y fue una de las cuestiones planteadas por la mayoría de los taxistas. En el caso de Almudena, no perdió su tiempo en pensarlo mucho y dedicó poner la mampara.

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Subtítulo portada: Las tarifas diurna y nocturna cuestan distinto a clientes y taxistas
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Sumarios: "Almudena cambió un puesto fijo de trabajo por ser autónoma".
"Estoy muy satisfecha de haberme hecho taxista", dice Almudena.
"La noche es dura, sobre todo en invierno, pero uno se acostumbra al horario en poco tiempo", explica Alberto.
"En Bilbao hay 2,2 taxis por cada 1000 habitantes".

Enlaces: Almudena video

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